lunes, 16 de septiembre de 2019

N de Na...C de Ci...O de O...N...de Na...L... de Lis...M de Mo... -2-

N de Na...C de Ci...O de O...N de Na...L de Lis...M de Mo... -2-


Autor: Tassilon-Stavros
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4 de octubre de 2019. La Generalidad Catalónica retira los lazos amarillos de todos sus departamentos una vez ha expirado el plazo que se dio la Junta Electoral Central (JEC) a Quim Torra, personaje que únicamente "actúa" como Presidente Catalónico.


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                                                                             Noticias que apestan

                                                                     ¡La hora ardiente en Catalonia! 

                                                            

                                       


                                                                                                                                                                                                                                  1 de octubre de 2019 : Barcelona-España: "Marcha de las antorchas catanazis"        
                                                       












                                                  
  Lazos amarillos infectan las calles de Catalonia 













            
          

               "I read the Metamorphosis"

Mr. Quim Torra propone una resolución como corolario de conclusiones nacionalistas: "Apreteu, apreteu... feu bé prement¡ [¡Apretad, apretad, hacéis bien apretando!..."] Y el nacionalismo furibundo, convencido de que esas palabras, en verborrea catalónica, son el paso definitivo de la marcha sobre ¿Catalonia?, chi lo sa?, orquesta sus preparativos terroristas: ¡termita, nitrato amónico, cloratita, goma dos!... en fin, unos ricos componentes para fabricar un poquito de "explosivo casero" destinado a ser repartido por cuarteles de la Benemérita Guardia Civil Española, Parlamento Catalónico, y vayan ustedes a saber cual sería el resto de la ruta fijada por estos enfebrecidos nacionalistas que se adjudican las siglas CDR ("Comité de Defensa de la -ilusoria- República Independiente"), ahora, además, adquiriendo un nuevo compromiso patriotero-nacionalista-separatista con las siglas ERT ("Equipos de Respuesta Táctica" -con todo aquello que pueda explosionar-), angelitos estos ya creciditos, con edades de entre 30 a 50 años, -algunos de ellos padres de familia- Y uno se pregunta: ¿les proveeran los fondos de esa victimista Generalidad Catalónica? ¿Habrán vendido sus tierras, sus feudos pueblerinos, o las joyas de sus Agustinas Raimundas Marías Zaragozas Doménechs -que no dudarían tampoco en ponerse a disparar cañonazos contra el invasor español- para poder costear a sus expensas tanto "fuego de artificio, de ese del "pim pam pum, que no quedi ni un...¡"("¡Pim, pam pum, que no quede ni uno!...") Máxima esta aullada -como los perros llorones que aúllan cuando no tienen cerca de ellos a sus amos... que, por fortuna, visten hoy el traje de rejas- contra la Guardia Civil de todos los españoles, por las turbas "catanazis" vociferantes, incultas y adoctrinadas tanto en Barcelona, como en Sabadell, Vic o Villa Porc de la Junquera... Huevo de la serpiente para la tortilla nacionalista jaleada  en el Parlamento Catalónico por un presidente y adláteres, que al aplaudir los preparativos violentos de los nuevos terroristas catalónicos, en su ceguera, se muestran abiertamente hostiles a los de su propia casa. "¡Aplaudan, aplaudan, tome el mando de los CDR mr. Torra!" -terroristas en ciernes afortunadamente detenidos por la Guardia Civil, que han cantado largo y clarito su interés -el del Mr presidente y el ex fugado a Waterloo con gran parte de su camarilla de cobardes- para que la expedición vindicativa contra la pacífica población catalónica -pacífica, uno de los adjetivos constantes con los que les encanta autodefinirse, aunque luego sus manifestantes apedreen a corresponsales de la Televisión Española-, y a lo que íbamos,... para que siguiese adelante bajo su amparo de condotiero enloquecido, fanático, xenófobo y racista  y el de toda la élite que vivaquea entre su inacción gubernativa, pero agenciándose buenos sueldos del 3%, que hacen un total de 150.000 euros anuales. ¡Menuda bicoca!... Lástima de MedioEvo cuando cualquier ermitaño descalzo -o no- era capaz de apostrofar cositas como: "¡Tú, bastardo de...! -no queremos herir a ningún pueblito-" "¡Por tus pecados, castillos caerán y... muchas más cosas serán destruidas!" Con soflamas de este tipo a más de un gobernante gulusmero, gorrón y gordinflas le daba un ataque de apoplejía y quedaba fuera de combate.




                              Pasarela                                 "Prototipos de belleza de la raza superior catalónica"








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¡Noticias muy muy calentitas!









23 de septiembre de 2019- El grupo independentista catalónico (o catalán) CDR ["Comité de Defensa  de la -ilusoria- República -Independiente-"] trata ahora de solventar la dificultad que presuponen sus ensoñaciones en la esperanza de un mañana, y se exponen, con la imprudencia que les caracteriza, a demostrar que ignoran en absoluto que sus infantiles avances y malas disposiciones son objeto de vigilancia exhaustiva por parte de los comandos españoles de la Guardia Civil. Así, hoy nueve integrantes del Grupo han sido detenidos en una operación de la Guardia Civil en Catalonia (o Cataluña) acusados de rebelión, y de preparar acciones violentas (o terroristas), en las que se incluían portar explosivos para uso en cuarteles de la Benemérita y edificios del Estado Español. La detención de los nueve presuntos terroristas ha sido decretada por el juez  Manuel-García Castellón, cuyas investigaciones delictivas del Comité vienen siendo controladas desde hace más de un año: "Sobre las cinco de la madrugada, 500 agentes del instituto armado, entre ellos integrantes de las unidades antiterroristas, se desplegaron en una decena de domicilios y locales de Barcelona, Sabadell y Santa Perpètua de Mogoda para efectuar las detenciones y los registros. Se trata de la operación de mayor envergadura contra los CDR y ha implicado el dispositivo policial más numeroso del Estado en Cataluña. Los nueve detenidos —de entre 33 y 50 años— formaban parte de un grupo que presuntamente planeaba actos violentos ante el segundo aniversario del referéndum ilegal del 1 de octubre de 2017, y en respuesta a la sentencia del juicio del "procés catalónico" -resolución judicial definitiva prevista para la primera quincena de octubre- La operación pretende descabezar a los grupos más radicales de los CDR. Los detenidos forman parte, dentro de esos comités, de los llamados Equipos de Respuesta Técnica, el ala más violenta de los CDR, según fuentes próximas al caso. [El País].

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Se encienden ya las esperadas hogueras del fracaso. Pero se mantiene la insaciable movilidad de quienes sienten necesidad constante de agitarse. Pero la habilidad para la defensiva es escasa. Gritan a los cuatro vientos la para ellos necesaria información de su disentería política. Y se prometen danzar alrededor de los detonadores. Proyectan en las calles la fuerza inútil del nubarrón, creyendo ser dueños de la tempestad. Curioso aspecto desde siempre el que posee el violento frenesí cuando hace presa de los dominados por el pánico. Así la mancha oscura del terrorismo juega a tomar de nuevo el trote caravanero que promueve el cálculo idílico de las ensoñaciones, que es como una extensión tenebrosa del fanatismo, de la ofensa mortal y del victimismo beligerante.


El terrorismo, primo hermano del nacionalismo, y sus formas inverosímiles se eleva sobre un muro de tinieblas siniestras. Es como una furia implacable que se regodea en tentativas sangrientas. Una huelga de hambre, en pésimas condiciones, que, sin embargo, insiste en no tomar más alimento que el de la violencia indiscriminada, y rabiar y pelear sin descanso. Es servidor del azote, y sus amos y esclavos mueren de ayuno tolerante. Es un servicio extremista de paso viscoso que coloca explosivos y riega con sangre el alba más pacífico y más prometedor que haya podido conseguir gran parte de la humanidad. Es un retroceso temeroso del bien. Una arcada intermitente del odio cada vez que satisface un capricho asesino. El terrorismo se fortifica y atrinchera mediante la retribución de los servicios extorsionistas de sus mercenarios. Pero la democracia, como el doctor, tiene una paciencia extremada, se sienta junto al lecho del enfermo, y  aguarda... Nada impide al mundo civilizado coligarse contra sus enajenadas disensiones.

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17 de septiembre de 2019 - Pedro Sánchez, presidente socialista de España -en funciones- tras reunirse con Felipe VI, anuncia la incapacidad de nuestros políticos emergentes para llegar a un acuerdo que pueda hacer efectiva la investidura. Ahorrar la humillación de tal desestimación significa embarcar nuevamente al ciudadano en unos nuevos comicios -173 millones de euros a la basura-. La fecha fijada para su celebración es la del 10 de noviembre de 2019. Era necesaria una abstención para no depender de los independentistas catalanes. Unidas Podemos -partido al que se sumaron Izquierda Unida y Equo para concurrir conjuntamente en las elecciones generales del 20 de abril de 2019- impide por cuarta vez un Gobierno Socialista de signo progresista en España.
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Hoy, nuestras ventanas abiertas, por fin, en libertad entre los muros de la vida, nos ofrendan la visión reconfortante de que ya no existe invulnerabilidad del Poder. Pero el Gobierno se erige de nuevo en plaza fuerte difícil de tomar. Y para forzar el puesto sin pérdidas mayores urge el tiempo. Una absurda avidez disparatada que nos sale de nuevo al encuentro, y que rehusa obstinadamente conseguir acuerdos. La derrota de considerar las probabilidades de diferentes soluciones se atraganta. El voto, es cierto, dicta nuestras cartas. Pero la política, esa que siempre proclama que viene a sentarse cerca de nosotros, dando curso a sus incansables torrentes de palabras, y contándonos, en rimbombante estilo, sus mejores historias, vuelve a replegarse en el interior de sus parapetos, aduciendo que lo hace para rechazar ataques indeseables de sus socios. Y se apresura a ponerse a cubierto, porque es así de indolente. Pero no hay que engañarse, muy a menudo, y como ahora, somos el espejismo ciudadano que, aunque deposite su voluntad en las urnas, nos hace inútiles frente a los prismáticos con que nos mira el necesario ente político.
¿Triunfo o fracaso electoral? La parada no es grata, aunque la situación tenga su lado histriónico y ya hasta aburrido. La preside el jinete de fatigado aspecto, que llega hasta nosotros desesperadamente, casi asfixiado. Ha cabalgado entre los intersticios más anchos del gran muro, y al no encontrar acogida sólida en el suelo, ha chapoteado en los barrizales de la diplomacia. Se dio ánimo, pero acabó ahogándose en los densos remolinos del orden debido. No hay escape honorable, pero también es inoportuno. Los que llamamos y consideramos nuestros servidores siguen conduciéndonos por la brida. Anfitriones prestados y pagados, claro está, pero que a veces nos sirven en platos que parecen pertenecer a necesitados siervos. Y otra vez seguimos llamados a no agotar esos motivos de interés inexcusable, los que han de cumplir con el concepto político. La ceremonia vuelve a ser de nuevo el pretexto -por cuarta vez- para reafirmar a un "dignatario" estable.


Rindamos, así, de nuevo, homenaje a la importancia del protocolo y al genio de lo teatral. Si las ceremonias dejaran adivinar los celos, los ímpetus perderían sus cautos equilibrios tan necesarios, y las vacilaciones se inclinarían más a evitar los problemas que a resolverlos. Entonces, la política, como hiciera durante siglos, se aprovecharía de sus facilidades, quizás entre inspiraciones poéticas y líricos abandonos. Pero la duda se nos puede llegar a convertir en sacrilegio.
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16 de septiembre de 2019 - Albert Rivera, presidente del partido de Ciudadanos, -a fin de evitar unas segundas elecciones, cuyo gasto se elevaría a 173 millones de Euros- propone al Gobierno socialista en funciones, conjuntamente con el Partido Popular, llevar a cabo una abstención a la investidura de Pedro Sánchez, siempre que el presidente acepte tres compromisos con España y los españoles: "Sí, ante todo, a un Gobierno Constitucionalista que acate las próximas sentencias del Tribunal Supremo respecto a la sentencia a aplicar a los condenados del "Procés" golpista, a quienes no se deberá conceder el indulto bajo ningún concepto; incluyendo que los socialistas rompan también con los nacionalistas y la izquierda vasca, que preside Arnaldo Otegi, cuya pretensión es la anexión de Navarra a Euskadi, recuperando así dicha comunidad foral con un nuevo Ejecutivo de coalición; a crear, además, una mesa para planificar la eventualidad de la aplicación del artículo 155 de la Constitución en Cataluña. Y, por último, no aumentar los impuestos a las familias y las "PYMES", [autónomos de "pequeña o mediana empresa"]

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"In extremis"






Vivimos entre una magnificencia alérgica a toda cooperación de solidaridad política. Nuestra democracia, que nos llegó por medio de una mano de obra muy trabajada, reclama refuerzos y una nueva contribución personal del pueblo para que nuestros hombres y mujeres políticos obren, no tan sólo con prudencia, que es lo exigible, sino para que se alejen, sea por tercera, cuarta o quinta vez, no importa, de esa larga noche capaz de convertir la paloma en rehén de halcones, gavilanes, y buitres carroñeros. Somos hijos de una aventura en la que mucho fue lo arriesgado. Venimos de una larga marcha en la que nuestras legiones de abuelos, padres y hermanos se percataron de que las esperanzas por ganarle definitivamente el terreno a la desigualdad entre los hombres, podía llevarnos al triunfo casi sin disparar un tiro. 

Pero al politiqueo parece que le gusta dilatar sus acciones. Dice que no se mete en pelea y es el primero en tratar de salir de ella. Intenta explicarse con complicada cortesía. Se une a inoportunos huéspedes pretextando que es un estratega nato y que basta su presencia para poner en fuga a cualquier invitado opositor. De esos que cuatro días más tarde, tras alentar las confrontaciones, puede salir por piernas y partir, aunque proclame que lo hace de mala gana, en dirección "Este", ávido de probar una imaginada estima y asegurando que su sombra seguirá cubriendo como un manto de gloria su irregular espíritu independiente. 

"Cruzando ríos y mares... ¡el triunfo... de la "crap fever!"






Se dice que después de imaginadas victorias puede sobrevenir una lenta época de desilusión, y luego una dilatada noche en que muchos de los proyectos que creímos afianzados vuelven a pasar al reino de los sueños. Y ya sabemos que en el caos habitacional quien mete mano y busca tajada es, por lo general, el huésped vecino. Aquél  al que nunca creímos indeseable. La política corre casi siempre arriba y abajo en mímicas imitativas de batallas. Y quienes están dispuestos a forzar las manos también van entre ellas. 

Muchos, como ya se dijo, son aquellos viejos amigos del patíbulo, pero se mantienen a distancia justa para no ser demasiado oídos, aunque a vista de todos. Y, ¡qué ironía!,  cuando se ponen a interceder por los cobardes huidos, se amparan en que las cosas pasaron sin mayor complicación, aunque la represión ante aquel carnavalesco desafío fue algo terrible. Una rebelión, sea para bien o para mal, siempre cree haber conseguido algo inmortal, erigiéndose en lúcida inspiración para los hijos de sus creencias. Y premia a sus ciudadanos más prolíficos. Los nacionalismos imaginan así cerrar un fantástico capítulo de su historia.


El nacionalismo, si es de banderilla y pandereta, monta a caballo de la orgía prometida, y olvida a sus viejos señores feudales, los que una vez se erigieron también en verdugos. Aquellos que juraban haberse purificado a cambio del reconocimiento de sus títulos como sucesores del pariente adinerado y fenecido. Y así invade con su plana mayor lo que no les pertenece del todo. Juega a ataques súbitos en lo que él considera su plan mundial. Nos coge por sorpresa, alza su estandarte y jura y perjura que no puede hacer daño alguno porque está gozosamente empeñado en una triunfal y no menos absurda guerra de ensueños;  y porque cree tener la justicia de su parte para cubrir algunas de sus posibles pérdidas. 

Es de sangre caliente, pero como todo bicho viviente le teme y se deja vencer por el hambre. Promete, no obstante, una espléndida enjundia y esconde que tras él coletean millones de bacilos de rigurosa dieta. Después, sus adláteres,  ante el cadalso,  le llevan aparte y proponen: “Señor, ¿los matamos ahora mismo?” Y el nacionalismo de poca altura repone: “No; son nuestros huéspedes”. 

                           "La Voz"
Cuando “la voz” reclama su vuelta para iniciar nuevos desórdenes, se le permite otra vez mostrarse convincente como a un imaginativo abogado de movimientos mundiales. Es una voz  que pretende sembrar en lo que otros cosechan. Es la proclama de un nuevo ensayo, que carece del material preciso y del estilo adecuado para que su discurso sea determinante. No se sabe nunca ni dónde está ni dónde deja de estar. Agita mentalidades  entre un fárrago de insultos y de prejuicios victimistas, de intuiciones envolventes pero misteriosas, y de ciencias políticamente incompletas, que son los signos inequívocos de la decadencia. Opina que existe sobrada fuerza latente en un pueblo al que pretende convencer de que su pensamiento ha de ser más disolvente que asociativo. Y así no es difícil describir en qué consiste la influencia de los nacionalismos. Son como el agua, o el aceite, empapadores, que atraviesan todo invariablemente. Y es capaz de hacer creer al mundo que se halla en posesión de un signo de futuro irrebatible contra viento y marea. Llega hasta arrastrar consigo desde el pensamiento religioso, hasta el sensatamente industrial, mercantil y político. Y tras dejar campo abierto a las iniciativas de sus subordinados, puedan o no hallarse dotadas de visiones inconscientes  y responsabilidades irreflexivas, sus instintos más penetrantes  radican en la parodia. Y su risa se convierte en una risa de caricaturista más que de artista. Es como la carcajada del hombre de Estado cuyos antiguos amigos no supieron ver su nueva chacota, le creyeron, rieron con él, murió pronto, y, quizás, su muerte fue tragedia de tragedias para su “causa”. Pero hay nacionalismos que todavía no desean aceptar la terrible comprobación de la verdadera realidad de sus sueños. Es el eterno intruso al que sostiene el placer de creer que cualquier guerra, sea del cariz que sea, se torna constructiva.