lunes, 24 de diciembre de 2007

Frida Khalo

Autor: Hayden Herrera

"Espero que la salida sea alegre, y espero no volver jamás". Recogida en el dulce ahogo de aquellos perfumes mañaneros de su Coyoacán nativo, la pintora mexicana Frida Khalo, ofrece al mundo este último adiós apasionado, ya encaminada hacia la muerte. Inolvidable Frida, capaz de lanzarse a vivir sueños relindos, como espolvoreada de aquel chile verde picante, pero sabroso, que cantara Chavela Vargas con su voz rota, desgarrada por la edad.




Hayden Herrera

Frida se alzó como un águila incapaz de pertenecer a nadie, supo mantener de manera admirable toda una vida de dolores físicos, y toda clase de compartidos sufrimientos con el gran pintor Diego Rivera, su marido. Y desde esa hondonada fascinante, aunque inextricable, que confiere la eternidad, el rostro de Frida parece también asomarse con un estremecimiento de felicidad y exclamar como Hölderlin en su Hiperión: "Lloráis a los muertos como si ellos sintieran la muerte, pero los muertos están en paz"...










 








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