jueves, 24 de diciembre de 2015

Diciembres de mi infancia...




Autor: Tassilon-Stavros
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DICIEMBRES DE MI INFANCIA....



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Media Diciembre entre esos ambientes, lo confieso,
que nos ahogan de una suavidad verde y tierna.
Pesquisa ceremonial de una insondable revelación.
Perfumes navideños entre una permanencia impasible de tradiciones.
Fiesta de multitudes, aniversario que mueve la rueda del oropel,
como fastos extenuantes que se asoman a un jardín de devoción.

*

... Recuerdos de infancia, pasillos y alcobas de casa grande,
envueltos en una pueril animación nazarena,
cuando yo me levantaba para sentir el tiempo en sus sillares,
y me proyectaba en los caminitos viejos del Belén,
mundo magnífico de modelaciones con blandos sabores a edén. 

*


Bancalillos escalonados, lindes de musgo y de cartón.
Anhelos de presencias corporales. Desbordado prado de palmeral.
Masa torrencial de figurillas entre sueños de sarmientos.
Balcón de mis gozos infantiles, pórtico abierto a una rambla de cristal,
para que un dios predestinado, en la unidad clásica de lo mitológico,
transfundiera su tono de serenidad en la umbría azulada de su nuevo retoñar.


*

No me mueve indiferencia sombría hacia tan tremenda liturgia.
Pero mi arrobo florece ahora en el aposento callado de mis noches.
Y rehuyo el tránsito que repica ante la lumbre de los porches del capricho.
Mi milagro navideño es la sencillez de mi recinto; la amistad mi júbilo.
Y frente a los soles urbanísticos y rótulos chispeantes,
antepongo el alborozo pálido de los campos de invierno.


*


Y aún navego entre heladas sensaciones, bajo tartamudeos de suspiros rielantes,
que, desde el cancel inmenso de los cielos, despliegan sus diosas vehementes.
Porque mi Natividad es tan sólo resonancia íntima, niñez que respira con ansia.
Laurel de fantasías, de Orientes lejanos e imposibles entre perfiles de cuento.
Veredas de río, mantillas de palmas, liturgia de bellezas solitarias y dinásticas,
aquéllas que todos soñamos en las Nochebuenas felices de la infancia.