Autor: Tassilon-Stavros
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Αθηνάς yo voy a regresar muy pronto, humana
realidad de la belleza. Fuente encandiladora de mi poesía. Evocación de un
edén, que en la órbita del tiempo se trenza y se distiende. Impaciencia de la
palabra, que, lejana y cautiva, ahora calla. ¡Ah trémula lágrima de melodía!
Piel excelsa de la ciencia que naciera en la esbeltez de tu muralla.
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Permanencia impasible de paraíso, que zahiere nuestra carne. Compartido escalofrío. Coloso mural, templo arcaico, de filosóficas resonancias pausadas. Aún te siento respirar, acechándote por los resquicios. ¡Ah emoción edénica!, de tu puerta noble, recia y entornada.
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Tu esperanza y la mía están ya devorando los caminos,
vadeando ríos, transponiendo montañas. He de amenguar los senderos hasta ti,
abrirme paso a través de enmarañadas espesuras. Allanar esas cadenas abruptas e
impracticables que traten de impedir mis andaduras.
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Vuelvo a ti... Mis pisadas rodean distantes lomas,
alcores de faz trocada, porque la ruta, sinfonía de mi anhelo, es ahora mucho
más larga. Pordiosero nómada que teje su corteza en el camino, aventurero viejo
que clava su cayada con trémulo descuido.
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Confía, pues, en mí, centinela de mi siglo. Mándame en
las lluvias y en los vientos, hordas procesionales de los cielos, alguna brizna
de tu aliento. Fortalece cualquier desfallecimiento mío: ¡esa trampa latente,
esa sierpe traidora de la voluntad! Húmeda lengua de sangre, que se enrosca en
el anhelo, valiéndose de nuestra cautividad.
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... No sé si vas a recibir este mensaje mío, ímpetu lírico que lancé a cuantas
aves surcan las distancias. Vendaval de mi crepúsculo vegetativo, recóndito
entre los bosques doloridos de mis ansias. Hora vieja de mis sienes, misiva de
los cuentos en el vaso esgrafiado de los sueños... Déjame que muera frente al
oleaje encendido de tu aparición, sombra violácea frente al Himeto. ¡Ah roca
interminable y penetrada del deseo! Y que en la hora feliz de mi última
singladura, más allá de tus ondas azuladas, navegue, ebúrnea Αθηνάς, como imagen de plata sobre la recogida armonía del Pireo...