miércoles, 10 de septiembre de 2014

Safo: inmortal sombra

Autor: 
Tassilon-Stavros 
 
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SAFO: INMORTAL
 
SOMBRA 
 
 

 
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Cuando escapaste cautelosa, se detuvo el firmamento de mi conciencia, y el aturdimiento se impuso a mi memoria agónica. Astro frío y azul, noche apretada y negra. Rasgada suavidad de tu rostro inmortal desincorporado del oreo de mi madrugada cárdena. Y tentando mi memoria, allí aguardó la huella desnuda de tu voluptuosidad, que aún hubo de ceñirse en la senda de mi cuerpo como el palpitante río de tu túnica.
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Y entre esa sombra, donde extendidos quedaron mis brazos, me devolvieron los ecos la prodigalidad de tu melodía, el mar nuevo de tu juventud, la vieja tierra malograda, y la arruinada ciudad donde se perdió tu forma. E imposible fue acercarse más a la verdad. Fue mi existencia una columnata de llamas que se tornó negra. Un suburbio del espíritu que jamás habría de liberarse ya de su ultrajada congoja. ¿Por qué, ay Safo, áureo vínculo repentino, te diluiste más allá de la gran escalinata, entre las galerías y atrios de este mundo, promesa de pasión que me arrastró hasta la aventura, para dejarme luego en este olvido profundo, apenas alumbrado ya por la vacilante llama que de ti me arroja?
 
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Pero mi voz humana, convertida en gemido, aún se extenderá tras el postigo apasionado que recortara mi luna. Hombre soy al que dejaste coronado por tus negros mechones, masa confusa de tu cabello, turbante tibio que mi recuerdo ilumina. Y cuando, extrañamente adversa, perdida quedó tu silueta, rosa de mi fuente, ya huésped silenciosa como la misma muerte, indeterminada se mantuvo, por entre mis lágrimas contenidas, la vasta zona de tu cuerpo entre mi mente. Mas del aire marchito de la tragedia recibí un inesperado triunfo. Una gloria donde germinara una mágica sonrisa de ternura. 
 
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Bálsamo fue para mi dolor solitario, que aislar pudo, por un instante, la minada voluntad de mi vivir, el inminente suicidio, mi cansancio, y de mi desesperación, su profunda tortura. ¡Perpetuo será, oh Safo, este dibujo preciso, paciente y ya primitivo de tu poesía! Y mi llamada, ... aquel lamento nocturno frente al límite extremo de los sentidos, que de tanto amor y de tanta ansiedad a sustentarse llegaran. No permitas intervalos. Déjame que, siempre vacilante, perderme pueda entre estas lágrimas nunca contenidas, y que, ya sin disimulo, me entregue a esa liberación. Porque, tras la paradoja del amor huido, ¿qué son las lágrimas, sino surcos convulsionados entre vacíos sin reflexión? ...
 
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Y así penetrará en la noche mi cicatriz, mi desnudo cuerpo, mi sollozo de hombre, a solas en su quimera. Y entre la tiniebla circundante seguiré buscando tu luz. No habré de sofocar mi alarido. Y adonde me lleve el tiempo, ascenderé sobre ti, a manera de desafío, como si en la lejanía resonara el trueno, predestinada naturaleza que secuestra el sonido. Y buscándote en el placer de los colores, saboreando el sueño de tus brazos en los míos, conturbaré en un espejismo tu rostro perdido, aquella siembra donde posé mis ojos; donde recogí gozoso, de tu regazo, el narciso deslumbrante de tu deseo. 




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Y aquel susurro perturbador digno de Afrodita que brotara de tus labios, y del que no participara la inteligencia, porque nuestra realidad se complacía en un miedo inocente, en una soliviantada cadencia, en un mensaje de belleza, bajo la propicia pompa de la luna, reina plateada en sus salones: ¡ay ilusiones poéticas de nuestros amores! ¡Se que estás aquí, oh Safo! Déjame, pues, beber lenta y meditativamente de tu savia. Búscame en el refugio mundano donde pido disculpas al sueño.
 
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Y cuando me halles semidormido, murmúrame palabras de complicidad. Ser olvidado es morir como un perro. Concede vivacidad a mi fiebre, porque a veces deliro. Y si vuelvo a ti casi irreconocible, mientras la barba negra sombrea mi cuello, recuerda que agregué con rabia mi imagen a la penumbra, que vivo al borde de las lágrimas, y que lucho obstinadamente por afirmar mi identidad, porque en la llama de tu ausencia quedaron mis sentimientos restantes, mi ternura, mi pasión,... ¡mi devoradora ansiedad inexpresable entre brasas de obsesión! 
 
 

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