MUERE CARME CHACÓN
[Madrid, 9 de Abril 2017]
Tassilon-Stavros
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"Ofrezcamos entusiasmo a los seres perseverantes, y en especial eternidad a
los que son eternos" [Heraclito]
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Quiero expresar mi despedida sin insistir en testimonios
del ayer, sin medir ya ningún tiempo. Pero dejaré siempre entornado el postigo
del recuerdo para que el ímpetu noble de ese corazón, que ahora ha dejado de
latir en el ocaso de las horas, no pueda desvanecerse nunca en la sombría
indiferencia del olvido.
A Carme Chacón, conciliadora de
compromisos y devociones, la vida, como una dolorosa extenuación, le volvió
la espalda de repente, en una casa silenciosa y cerrada. La muerte la ha
querido a su lado, y nos queda la duda dolorosa de si habrá sido apacible y
misericordiosa. Y ahora consternados, es difícil imaginar un presente sin ella.
Nos ha dejado con una leve protesta de ternura porque no podía esconder que
amaba este país sin resabios entre los tumultos del despecho. Son muchos, pues,
los hombres y mujeres que le agradecerán y alabarán siempre tanto amor.
Y ya no tenemos más remedio que
llorar porque perplejos hemos tenido que asistir, tras la víspera de su llegada a
Madrid, a la dura servidumbre del peligro que acechaba su salud. Triunfó un
despiadado diagnóstico, que ha dejado rota su maternidad. Si nos fuera dado vivir horas
apócrifas, las pesadumbres del mundo aún palparían su fortaleza e inteligencia.
Fue generosa, justa y luchadora. Puso elogio a la beldad de las grandes
palabras. Lejos, pues, de ella las espadas viejas, que a veces se han blandido
vengadoramente.
Su sonrisa y su voz nos roció
siempre de franqueza, atendiendo y entendiendo con generosidad y una
irrepetible mesura fraternal, como mujer de raza e hija del pueblo que tanto
amó, que había acertado en su verdadero designio de solidaridad con el duro
mundo político. Ha sido una atrocidad más de la vida arrancarla a sus cuarenta
y seis años de las sendas que encienden las emociones de los días por vivir, y
que nos mantienen en una conciencia perfecta de que, aunque tantas veces nos
turbe el oleaje sombrío de las dificultades, podamos reavivar, entre sueños
plenos e inefables, las palpitaciones de una nueva vida compensadora.
He querido meditar sobre estas cosas, mientras como tantos de sus
compañeros del "Partido Socialista Español y Catalán" [PSOE-PSC] la lloran frente el trance
siempre desconocido, cruel, incomprensible de la muerte. Y ahora que la noche
inmensa se ha apoderado de tu vida, yo quisiera que de todos los balcones de España,
querida Carme, cuyo corazón herido guardaste en tu oculto jardín de entereza,
descendiera una eterna lluvia silenciosa de flores. D.E.P.